Tras un atraco frustado, un criminal (Paul Naschy) resuta herido de bala en la cabeza. Ante la imposibilidad de acudir a un hospital, sus compinches deciden llevarlo a la casa de un prestigioso doctor que realiza investigaciones sobre el cerebro. El médico es forzado a colaborar así que, para salvarle la vida al herido, la única solución es realizarle un trasplante de cerebro. Los criminales deciden entonces conseguir el cerebro del cabecilla de la banda rival.
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Sorprendente co-producción entre Francia y España, no porque sea original ni de alta calidad cinematográfica, sino por la insensatez del producto en su totalidad.
ResponderEliminarEs una película penosa, aburrida, muy mal dirigida e interpretada, si exceptuamos a Víctor Israel. Un verdadero desperdicio teniendo en cuenta que se podría haber combinado de forma feliz los géneros del thriller y la ciencia ficción y/o fantasía científica. Quizás la empresa no era fácil pero al menos el esfuerzo creativo debería haber sido mucho mayor.
Hay muchos elementos negativos en esta ridícula cinta, comenzando por detalles quizás nimios pero que saltan a la vista, como cuando están operando al protagonista (bueno, no tanto). El ayudante suda muchísimo y la cirujana ni gota.
El erotismo, al menos en la versión española, es absurdo, pero quizás en la versión francesa sea vea más carne. Era lo natural en aquellos años.
El guión es nefasto, nada casa bien y los hechos suceden aleatoriamente, sin ningún rigor.
Tan sólo destaca la belleza de las actrices y el humor negro destilado en la escena del traslado del cadáver.
Una de las peores películas que he visto en mi vida, y van muchas.